Museo del Ferrocarril de Asturias

Gijón, villa asturiana conocida por el desarrollo minero e industrial impulsado por el ilustrado Jovellanos, presentaba a mediados del siglo xix un panorama de incipiente progreso en cuyo seno se estaba formando toda una sociedad proletaria laboriosa y entregada. Tal arduo trabajo necesitaba a un aliado, un caballo de metal recién surgido de la  fragua de las voluntades humanas por el futuro de la industrialización. La modesta villa gijonesa vio los resultados de tal iniciativa con la construcción de la estación norte en barrio del Natahoyo en 1874, bañado por el mar del que venían los barcos mercantes, y primera toma de contacto con la carretera de Candás conectadora con las tan valiosas minas de la provincia.  Era el lugar idóneo para la actividad y el estacionamiento del ferrocarril, transporte vital para el futuro y la riqueza de Asturias.

Tras el cese de los movimientos ferroviarios en la estación norte, su edificio no quedó desaprovechado. En 1998 se funda el Museo del Ferrocarril de Asturias, para velar por el estudio, la conservación y la difusión del transporte vertebral que marcó al territorio.

Seña de identidad, el museo ofrece todo una trayectoria histórica, económica, industrial y tecnológica por el patrimonio de los trenes astures, aprovechando el antiguo edificio de la estación diseñado por el arquitecto Melitón Martín y ampliado por Hernández Sande. Con exposiciones permanentes y temporales, este museo abarca la mayor colección preservada de material histórico ferroviario de toda España. Se trata del material móvil, cada locomotora y tranvía que ha recorrido las tierras asturianas, en un viaje sobre vías de siete tipos de anchura que recorren todo el museo desde la entrada hasta el almacén, atravesando la playa de vías, para deleite e inmersión de los visitantes en la vida ferroviaria. Además, objetos de toda índole industrial y minera recorren y adornan el entorno, configurando así el ambiente y las sensaciones de toda la historia ferroviaria de la región.

El museo abre sus puertas a todas las actividades e investigaciones que promuevan y rememoren el desarrollo y el valor de uno de los instrumentos esenciales en el progreso de toda la provincia, desde a conferencias cada mes, hasta jornadas en las que el visitante podrá sentarse y viajar en los vagones que marcaron la historia, sin olvidar el mercadillo ferroviario que los Amigos del Ferrocarril de Gijón Don Pelayo celebran cada año para dar la bienvenida a la tradición y el folclore que marcó a la estación norte de Gijón por aquellos tiempos en los que aún se caminaba en madreñas y ya se viajaba en tren.